ISSN 2773-7438
VOLUMEN 1 NÚMERO ENERO-JUNIO 2021 Pág 21
como una imagen en el monitor.
Para obtener la tomografía en un sistema mecánico utilizamos tres elementos (tubo, paciente y
película), de estos dos deben de estar en constante movimiento de forma sincronizada durante la
exposición a los rayos X; el tubo de rayos X y la película que se mueven en direcciones opuestas
mientras el paciente se encuentra inmóvil durante la exposición. El movimiento puede ser helicoidal.
La TC helicoidal o espiral convencional, utiliza arquitectura de tercera generación, su característica
es el movimiento continuo de la camilla a través del gantry (parte del tomógrafo en continua rotación
que contiene el tubo de rayos X y el arreglo de detectores). Estos tomógrafos proporcionan imágenes
de órganos en movimiento; una de las variables más importantes en este tipo de tomografía es el
pitch, que relaciona la distancia (en mm) en que se desplaza la camilla en una rotación del gantry,
y el espesor (en mm) determinado por el colimador. Usualmente, el pitch se encuentra entre 1 y
1,5, para garantizar una cobertura aceptable del paciente y, al mismo tiempo, evitar que las tajadas
sean interpoladas entre puntos lejanos (5).
Por medio de la tomografía se visualiza el interior del cuerpo en “rodajas” con gran resolución
que permite ver lesiones muy pequeñas; la TC utiliza cierto grado de irradiación misma que puede
graduarse en relación con la talla y el peso del paciente.
Traumatismos craneoencefálicos
El trauma craneoencefálico (TCE) se dene: patología médico quirúrgica caracterizada
por alteración cerebral secundaria a una lesión traumática en la cabeza con la presencia de:
alteración de la consciencia causada por el trauma; cambios neurosiológicos, fractura de cráneo
o lesiones intracraneanas, se producen por la liberación de una fuerza externa ya sea en forma
de energía mecánica, química, térmica, eléctrica, radiante o una combinación de éstas, resulta
en un daño estructural del contenido de ésta, incluyendo el tejido cerebral y los vasos sanguíneos
que irrigan este tejido. También se dene como la ocurrencia de muerte resultante del trauma que
incluyan los diagnósticos de la lesión de la cabeza o injuria cerebral traumática entre las causas
que produjeron la muerte (6).
Desde el punto de vista clínico pueden clasicarse en: a) TCE sin fractura craneal, más frecuente,
siendo generalmente de carácter banal, sobre todo si no se acompaña de pérdida de conciencia
transitoria ni alteraciones neurológicas; b) TCE con fractura craneal asociada, que puede ser: 1.–
lineal, su importancia reside en la lesión cerebral subyacente; las fracturas lineales que crucen
surcos vasculares arteriales o líneas de unión óseas deben hacer sospechar de hemorragia
epidural, en promedio el 80% de las fracturas craneales no requiere tratamiento especíco. 2.-
hundimiento aquí encontramos una depresión de un fragmento óseo del grosor del cráneo. Su
manejo está enfocado hacia la lesión cerebral subyacente. Casi siempre asientan sobre el foco de
contusión o laceración cerebral. Para reducir la posibilidad de secuelas, los fragmentos deprimidos
de un espesor mayor al de la tabla craneal puede requerir elevación quirúrgica del fragmento.
Pueden ser: “simple o cerrada”, cuando el cuero cabelludo que cubre la fractura permanece intacto,
“compuesta o abierta”, cuando el cuero cabelludo está lacerado. Pueden asociarse a laceración de
la duramadre, que constituye una puerta de entrada para la infección (7).
La mitad de todos los traumatismos cerebrales son causados por accidentes de tránsito,
relacionados con automóviles, motocicletas, bicicletas y peatones en personas menores de 75 años;
en personas de 75 años y mayores las caídas son la principal causa de TCE. Aproximadamente
Tomografía computarizada como método diagnóstico de elección
en los traumatismos craneoencefálicos
Martens, Bravo