ISSN 2773-7438
VOLUMEN 1 NÚMERO 2 JULIO-DICIEMBRE 2021 Pág 50
Como logramos observar los signos de la enfermedad van tomando cambios progresivos, los
mismos se exponen de manera lenta y signicativa, dejando efectos tanto en el paciente como en
las personas que lo rodean; además se identicó la presencia de delirios lúcidos no excepcionales,
los cuales fueron más evidentes en la 1ª y 2ª etapas mientras que en la 3ª etapa es difícil detectar su
presencia; cabe recalcar que estos trastornos pueden causar estados de agitación y en ocasiones de
agresividad; por ello, se debe realizar de manera cuidadosa el respectivo diagnóstico diferencial antes
de inducir un debido tratamiento.
Podemos manifestar también que se mostró gran inquietud por parte de aquellos familiares que
desconocían de los cuidados a tener con el paciente, puesto que se preguntan cómo actuar ante
complicaciones como una bronquitis, diarrea, neuropatía con insuciencia respiratoria y entre otras;
por lo general ante estas situaciones el familiar busca que el paciente sea hospitalizado para que
pueda recibir todos los tratamientos y terapias necesarias.
Por otro lado, en el estudio realizado por Leire Rotaeche Pelayo y Victoria Valiente Sáenz de
Cabezón se evidenció que la RHB es una herramienta útil y fácil de implementar ayuda a retrasar
el deterioro cognitivo de los pacientes previniendo el avance de la enfermedad; de igual manera al
contar los familiares con estrategias comunicativas se convierten en pieza clave para articular el
tratamiento RHB.
DISCUSIÓN
Un punto interesante que se obtuvo de los resultados de la investigación tiene relación con
los núcleos familiares, al observarse que un 60% de las personas se encuentran capacitadas, no
obstante, al inicio de la enfermedad demuestran sentimientos de negación ante posibles trastornos,
sin embargo, antes de dar un resultado de los comportamientos que se encuentran en relación con
la patología del Alzheimer, los familiares buscan resolver sus enigmas y tener explicaciones de todo
tipo en especial algunos de los cuales tienen que ver con cambios en el entorno y con sucesos
importantes emocionalmente.
Asimismo, con la búsqueda de información sobre los nuevos comportamientos del paciente
averiguan a su vez ayuda y apoyo social, cabe recalcar que la familia es fundamental y piedra angular
en el tratamiento de la enfermedad del Alzheimer, esta debe aprender a conocer y prestar cuidado
integral al paciente, evitándoles riesgos y atendiéndole en actividades de la vida diaria. No obstante,
como se observó en resultados existe un 40% de familiares que no se encuentran capacitados y no
saben cómo actuar ante efectos de la enfermedad del Alzheimer, sin embargo, intentan realizar todo
lo posible para llegar a conocer más a fondo sobre la patología y a su vez en este proceso reciben
ayuda de biomédicos quienes les brindan conocimiento sobre las etapas que presenta el Alzheimer.
Por otro lado, la ciencia médica hace empleo de calicaciones por diferentes niveles de deterioro
para poder denir la progresión del Alzheimer, aquí se intentan ordenar los distintos comportamientos
que la persona enferma presenta en un proceso dividido en etapas, mencionando así etapa I, II
y III; partiendo de la existencia de un número de fases, siempre se presupone que quizás en el
futuro aparezca una etapa aún peor a la que están viviendo actualmente, sin embargo, pensar en la
existencia de un sinnúmero de fases en el futuro puede llegar a ser una estrategia fuerte para que
el cuidador sepa prepararse ante cualquier deterioro que el paciente sufrirá posteriormente. De igual
manera, los resultados muestran que los cuidadores del entorno familiar a pesar de vivir bajo una
fuente de estrés, también pueden obtener efectos positivos de la experiencia del cuidado, siendo
“El Alzheimer y su impacto en la variabilidad mental en adultos mayores”
Valarezo, Navarrete, Balladares