ISSN 2773-7438
VOLUMEN 2 NÚMERO 2 JULIO-DICIEMBRE 2022 Pág 8
Introducción
Unas de las principales problemáticas sociales y de salud es la violencia hacia las mujeres y niñas,
niños y adolescentes (NNA). Según la Unicef en Ecuador una de cada 10 mujeres ha sufrido abuso
sexual en su niñez o adolescencia y 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia a lo
largo de su vida, sea esta psicológica, física, sexual y/o patrimonial (1). Las encuestas realizadas por
el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (2), reejan cifras importantes: cerca del 56.9% de las
mujeres han sufrido violencia psicológica, el 47.5% violencia gineco-obstétrica, el 35.4% violencia
física y un 32.7% violencia sexual. De la misma manera, datos de la Fiscalía en el primer semestre
del año 2021 registraron alrededor de 36 femicidios en Ecuador (3).
El comportamiento de la violencia inuyó directamente a que la Asamblea Nacional de la República
del Ecuador aprobara la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las Mujeres,
centrada en los ejes de prevención, atención, protección y reparación (4). La responsabilidad para
tomar medidas de prevención y erradicación de la violencia recae explícitamente en el Estado (5). En
Ecuador el órgano rector de la prevención y erradicación de la violencia es la Secretaría de Derechos
Humanos (SDH). Este organismo cuenta con el Servicio de Protección Integral (SPI), encargado
de brindar atención psicosocial y legal a mujeres y NNA. Según SDH (6), la intervención del SPI
debe basarse en la teoría de los sistemas de Bronfenbrenner y hacer énfasis en el análisis de las
interacciones entre sistemas y contextos. Asimismo, incorporar la identicación de las capacidades
de autocuidado, autodirección, autoecacia, autocontrol y autoestima de las personas, tomando en
consideración el micro, meso, exo y macrosistema.
El Modelo del SPI basa su atención en la teoría de los sistemas centrado en el individuo, con la
intención de comprender a la víctima como parte de otros sistemas a los que está sujeta, pero las
acciones que se realizan son de contención, apoyo, acompañamiento, protección y ayuda hacia las
usuarias.
Según Calvo y Camacho (7), son frecuentes las investigaciones dirigidas al estudio de la violencia
de género e intrafamiliar, al comportamiento del agresor y las consecuencias de la violencia en
la salud mental como entidad nosológica. Las estrategias encaminadas para la atención de esta
problemática están orientadas mayormente al componente individual. Transformar la problemática
de la violencia exige abandonar perspectivas tradicionales basadas en modelos asistencialistas e
incluir enfoques comunitarios que fomenten la participación, el empoderamiento y la transformación
social. Enrique Gómez Cabeza, Phd. (8) propone entender lo comunitario, como una cualidad de las
relaciones humanas producidas en un contexto dado, a partir del desarrollo de una conciencia crítica
de los sujetos acerca de su realidad y la cooperación con otros para su transformación. Según el
experto, lo comunitario tiene como base la participación de los colectivos y se centra en los recursos
y motivaciones como palancas del cambio. Esta proyección diere de la intervención tradicional
centrada en el problema, el paciente o la víctima, de acuerdo con una lógica asistencial. La Salud
Mental Comunitaria se apropia de esta perspectiva para actuar sobre las condicionantes sociales de
los problemas que afectan el equilibrio biopsicosocial, con un enfoque de promoción y prevención de
salud. Entender la violencia desde este enfoque signicaría centrar la mirada en el contexto social,
en los recursos de las víctimas y de los sujetos colectivos. Apostar a la promoción de esa conciencia
crítica individual y colectiva sobre la violencia, actuaría como fundamento para la participación
cooperada en la transformación de sus causas profundas y la construcción de nuevas circunstancias
que minimicen las manifestaciones de este fenómeno. En esta investigación se deende la pertinencia
Servicios de Protección Integral en Ecuador,
una mirada desde la Salud Mental Comunitaria
Holguín